Releer no es reescribir

Sólo hay algo que me gusta más que leer un cómic: releerlo. En eso los tebeos se parecen a la música, y se alejan de la literatura y el cine, porque no es comparable la relectura de un álbum que la revisión de una novela o una peli. Todo esto a cuenta de la relectura de Diario de un álbum de Dupuy y Berberian, editado por Planeta. Toda una reflexión sobre los problemas personales mezclados con un oficio «creativo», la incapacidad de aceptar el paso del tiempo, la amistad y muchas otras cosas que se esconden tras unas pocas letras y un dibujo desmañado. Y cómo me siento identificado con las paranoias que tienen que pasar D. y B. para publicar su tebeo, cuánto me recuerdan todo lo que nuestra web ha acumulado sobre el parto de Nhf. Pero llego a la conclusión de que todas nuestras penurias no me producen más depresión que la que tuve después de la proyección de mi primer corto «serio», en 1993. Y si pude superar eso, creo que saldremos adelante también ahora. Curiosamente, hemos encontrado estos días en una lata lo que realmente debe ser mi primer corto, un ejercicio mudo de dos minutos para la escuela titulado «Semáforos». Lo está telecinando el Apa, y (si no es muy vergonzoso) lo colocaré aquí en la web.

Mi Palm ha muerto

Fue en un centro comercial. Me agaché para ver el precio de unos zapatos para mi hija y cayó al suelo. No parecía gran cosa, pero cuando abrí la tapa, mierda, la pantalla estaba resquebrajada. Por internet descubrí que por unos 30€ podía arreglarme yo solito el asunto, pero despues de recibir el recambio y colocarlo, mierda otra vez. No va. Mi modelo Palm IIIxe tiene incompatibilidades o no sé qué, el caso es que ya hace tres semanas que no tengo Palm y encima 30€ menos. ¿Cuánto tiempo podré resistir sin una?. Si, ya sé, estamos hasta arriba de aparatejos que no necesitamos. Pero realmente, este cacharro sí que lo usaba. No es como la yogurtera o el robot corta-zanahorias. Me encuentro tres o cuatro veces al día echando mano al bolsillo donde debería estar, pero ya no está, mi Palm. Es parte de mi yo tecnológico. Pensé que sería un acto de disciplina ZEN volver a vivir sin una PDA y me dispuse a ello. Pero esos anuncios de la Sony CLIE PEG-NX70V o la Handera 330 me están machacando. ¿Podré resistir?. Acepto donaciones por E-Mail para apaciguar mi ansia.

Les Diables

Dije por ahí que no habíamos ganado nada en Mannheim, pero tampoco comenté que la peli ganadora resultó ser Les Diables, dirigida por Chistophe Ruggia que fue la primera persona que me encontré en Mannheim. La proyectaron justo después de la gala final, y me quedé a verla, porque nunca se sabe si llegarán estas pelis a las salas comerciales españolas. Es realmente impactante, sobre todo por las actuaciones de los dos chavales protagonistas, que te dejan sin respiración en todo momento. La rabia de él sobre todo me recordó «Ven y mira» (aquella película rusa de Elem Klimov), también tiene algo de «Les Amants du Pont-Neuf». Como película tiene un punto de quedarse sin rumbo en algunos momentos, pero la presencia de la pareja es algo increíble, digno de verse, de verdad. Estuve hablando (y felicitando) a Christophe después del pase, me dijo que estuvo en Zabaltegi dentro del festival de San Sebastián. Luego he leído que mereció el premio también allí, aunque finalmente no lo obtuvo. Recomiendo sobre todo la entrevista que le hacen en la web, dice mucho de la forma de afrontar el cine de este hombre. Si señor.

Moby Dick

Durante los últimos meses he sido testigo de la evolución de Moby Dick, un documental de David Fernández y Jordi Vera con montaje de David Vericat, el editor también de Nhf. Finalmente, el próximo día 22 a las 18:00 hay una primera presentación en el Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona, durante el festival L’Alternativa. El formato original es DV, y se trata de un documental inclasificable y con sentido del humor a raudales. Debido a que puede que se les quede corto el aforo de la sala del CCCB, es posible que haya otro pase en el Cine Verdi el sábado día 23. Si se confirmara, daría inmediatamente la consiguiente nota en el weblog.

Mención

Yo no estuve, pero me lo han contado. Aunque en Mannheim no tuvimos premio, en el Festival Internacional de Ourense, Vicente Gil se llevó una mención al mejor actor por su trabajo como Pick. Bueno, pues a mí me parece muy bien, por él y por la peli también.

Hace ya bastantes días que le voy dando vueltas y creo que en los próximos días habrán cambios en el weblog, intentando realmente encontrar una verdadera dirección a este pequeño rincón, porque como comenté en algún que otro post, quiero enfocar de otra forma este asunto. Veremos. De momento, aprovechemos las buenas noticias, que son escasas y como además su valorabilidad va en función de las malas, el contraste hace que ésta me parezca la hostia.

Mannheim rainy saturday (2)

El post anterior lo escribí en un Mac que la organización pone a disposición de la prensa (yo no soy prensa, pero me cuelo). Es un lío, porque la «z» esta intercambiada con la «y» y la «o» con la «c». Extraño. Este lo escribo desde mi portátil, más que nada para justificar el esfuerzo de traerlo hasta aquí.

He tendo cuatro presentaciones de Nhf, realmente esta gente se lo toma en serio:

Rueda de prensa tras la proyección numero tres, una persona pregunta -Su película tiene algunas cosas que no comprendo-. -¿Ya, cuales?

1.No es normal ver tantos coches matricula de Tarragona en la provincia de Zaragoza

2.En Castelnou para San Valero no hay tanto sol como aparece en la secuencia de la fiesta.

Ostia, vaya cosas preguntan en Mannheim. Al final se acerca, el tío es de Huesa del Común, y se ha emocionado el chaval viendo su tierra en la pantalla. Menos mal, yo creía que era periodista, y que aquí en Alemania estudiaban los films a fondo. Nos tomamos una cerveza, canta una jota, y ya me toca la siguiente proyección.

La verdad es que he visto muy buenas películas aquí, pero no nos podemos quejar de como han recibido la nuestra. Las charlas después de cada pase estaban muy pobladas, y demostraban un alto interés por la peli. Mañana, último Mannheim-post.

Mannheim Rainy Saturday

Extranya circunstancia, el mismo aeropuerto y dos vuelos Nhf, Vigo-Ourense (El Apa) y Frankfurt-Mannheim (yo). Lecturas: Rock de Lux Especial Jeff Buckley y Plataforma de Houellebecq. Viaje, me toca al lado un tailandes angustiado que no para de moverse. En el aterrizaje me clava un codo en la ingle. Agh. Llego tocado a Frankfurt, carrito por el inmenso aeropuerto: 25 minutos. Encuentro conductor festival. Ingles? No. Frances? Rien. Bueno, pues padentro igualmente. Comparto el viaje (45min) con Christophe Ruggia, director de «Les Diables». Luego leo que ha ganado el Cesar al director revelacion. Vaya. Habla poco.

Hotel: No tengo reserva a nombre de Juanjo Gimenez. A ver dejeme ver la lista. The list. Mmmm. Mire, este soy yo: PENA. PENA? Si Juanjo G. Pena. No hay enye. Acreditaciones. Me encuentro a Paul, el gibraltarenyo que conoci en Rotterdam. Genial. Me lleva en un Smart al 1er pase de «Nos hacemos falta», Cine Atlantis, 19:15. Sorry, I don’t speak german, but I’m an orphan etc. Me quedo los primeros dos minutos. Suena bien. Se ve bien. A cenar (19:30h!) y luego a Heidelberg a 12km de Mannheim. Pequenya fiesta. Un par de personas me reconocen y me felicitan por la peli. Gracias. Estoy realmente cansado. Hotel Steigenbergen. Cama. Manyana mas. Zzzzzzzzz.

Clutch Klutch Klan

Han pasado ya unos cuantos días, y como he tenido algunas réplicas ácidas sobre mis comentarios acerca del último Cd de Hammill «Clutch», voy a darle un repaso exhaustivo, sin que sirva de precedente, porque esta weblog no pretende ser un lugar para la crítica musical. (Aún no se sabe muy bien qué mierdas pretende ser esta weblog).

Ante todo constatar que el sonido general del Cd es apabullante, y aunque las guitarras acústicas son prácticamente la única base sobre la que descansa todo el trabajo, suenan con una dinámica tremenda, y la voz no digamos. Los últimos discos de Ph ya sonaban contundentes, pero creo que este los supera. Tampoco echo en falta la percusión, en parte porque los arreglos de los temas son certeros y en parte porque el batería usual de pH, Manny Elias, no contribuye demasiado a enriquecer el asunto. Yo prefiero mil veces a Guy Evans, pero parece que Hammill lo tiene olvidado. ¡Vuelve Guy Evans!. ¡Por favol! Aquí va un repaso tema por tema.
«We are written»: Si Hammill espera ganar nuevos adeptos, (pienso en los escuchadores automáticos que por ejemplo hay en la FNAC, pero a pH nunca le colocan un disco ahí) cuando «pinchen» este primer tema van a dejar los cascos de inmediato y saldrán despavoridos: difícil, arisco, duro, la letra inaccesible, nada de percusión, giros de voz antinaturales al más puro estilo Hammill. Pero es un gran tema, con reminiscencias del Chameleon de 1973. Quizás se podría haber elegido otro más accesible para abrir el Cd, pero con esta introducción pH demuestra que no está para concesiones, el que quiera disfrutar de lo que viene, que pague un poquito de peaje. En resumen: Buena. Comercialmente: Un suicidio.
«Crossed Wires»: El disco sube unos enteros con ésta. Entra Jackson con el saxo y se agradece un huevo. La aportación de Jaxon en general, en todo es disco, mejor que la de su colega Stuart Gordon. Aparición de los coros (hechos como siempre por el propio pH, no estamos para derrochar) y el tema que sube en intensidad con los falsettos de una voz en plena forma. La letra recuerda a «Losing faith in words» del Black Box: Yo digo A y tu entiendes B. Quizás un poco alargado el final, pero en general: Muy Buena.
«Driven»: Al principio se me pasó ésta. Pero una escucha más detenida la ha dejado al descubierto. De lo mejor del disco, con una estructura muy Hammill, suave construcción introductoria y contundente estribillo. La letra se debate entre el transcurso del tiempo y el cruce de identidades en una misma persona. Brillante. La nota: Muy buena.
«Once you called me». Los fans ya conocemos la debilidad del tipo por cantarles cancioncillas a sus hijas y sus devaneos con la sensación de culpa/victoria de la paternidad. Si en otras ocasiones acertó (Sleep Now, Whillelmina) en esta no llega a conmover, quizás porque algunos de los gorgoritos me suenan mal, quizás porque la melodía no es demasiado inspirada. Nota general: Regular.
«The Ice Hotel». Como siempre acabo dándole al «skip» en la anterior, ésta obtiene toda mi expectación y no defrauda. Es una canción de ambiente opresivo, me recuerda al «Fogwalking» también del Black Box (ese saxo!!!). Voces superpuestas y ecos usados sin rubor, pero al servicio de ideas claras y un crescendo que solo se hace evidente (otra vez) a la quinta o sexta escucha. La letra merece un apartado especial. A mi me gusta más el Hammill que se pregunta cosas que el que da sermones, pero la reflexión que se trae aquí y sus metaforillas heladas funcionan un montón. Me he entretenido en traducirla y todo. Nota: Sobresaliente.
«This is the fall»: Normalmente, cuando el tema de la canción va de discurso-alegato-diatriba contra algo, el conjunto se resiente, y aunque aquí nuestro amigo está realmente alterado (la religión siempre me lo puso nervioso, y con lo del 11-S hay tema para pegar chillidos a diestro y siniestro) aquí nos falta un poco de chicha para concederle el aprobado. Difícil de soportar con la atención alerta de principio a fin, y aunque menos agresiva que «Fed to the Wolves» de su anterior disco, «This is the fall» no la pillo del todo. Nota general: Desconcertante.
«Just a child» y «Skinny» comparten ambas la aridez del tema tratado (la pedofilia y la anorexia, nada menos). Son coherentes de principio a fin, la primera es una canción en el sentido más clásico de término y la segunda, que personalmente me gusta más, tiene un tema recurrente y cortante muy logrado. La letra en ambas es demasiado evidente para mi gusto, no dejan nada a la imaginación del oyente. Nota para las dos y a pesar de eso: Buenas.
«Bareknuckle trade»: El tío se la ha dejado para el final, pero aquí da el golpe. Suena una y otra vez y siempre hay algo nuevo por descubrir. El violín de SG está inspirado aquí como en ningún otro momento. Dije que echaba de menos la rabia en los discos de pH, pero este tema la tiene a borbotones, las guitarras suenan a pares, la voz alcanza las cotas más altas y la letra es suficientemente compleja como para no enterarte de nada y sin embargo sugerirte un mundo. Ocho minutos bien aprovechados que por si solos ya valen todo el disco. Nota: Clásico hammilliano.
Resumen: En sus conciertos en solitario me suelen gustar más los temas de guitarra que los de piano, y sólo espero que «Clutch» no sea solo un islote, sino que Hammill le dé más importancia a partir de ahora a esta forma de componer sólo con guitarras acústicas. Tal vez no esté ya en la linea ascendente como creo que está un Nick Cave por ejemplo. Pero nadie que yo conozca lleva cuarenta y siete discos a sus espaldas y sigue vivo y arriesgando como pH. En general, es un paso adelante, puede que no le haga incrementar el número de seguidores, pero el que haga un esfuerzo y le dé más de una oportunidad a este «Clutch» (como hice yo) no saldrá defraudado.

Varios & Miscelanea

El post este va saliendo dubitativo. El miércoles que viene nos vamos a Mannheim (un servidor) y a Ourense (el Apa), a los sendos festivales. Veremos que sucede y oportunamente daremos razón en este humilde rincón. ¿Y Enrique Iglesias?. Pues sigue cantando, el chaval. Debido a peticiones populares, aquí vuelvo a dejar su buen hacer. El asunto este ya es bastante antiguo. Yo lo oí por primera vez con los Gomaespuma, por allá el junio del 2000, cuando esta grabación fue difundida por uno de los técnicos de la televisión polaca, donde Iglesias Jr. cantaba en playback mientras el publico escuchaba el correspondiente CD. Según su publicista, Enrique demostró días más tarde que realmente sabía cantar, haciendo una sesión en directo en un programa de radio de los USA. Lamentablemente, no tengo ningún link a esa grabación demostrativa de talento, pero seguro que no es ni la mitad de tronchante. Otra vez voy a volverla a escuchar: Uouououoooooo. Ya tengo la piel de gallina.

Jurado

Finalmente no pude postear desde Montpellier, ser jurado es más exigente de lo que creía. Tampoco nos dieron la ayuda al proyecto de Miguel, aunque fue muy bien recibido. Las ayudas se las llevaron un proyecto argelino y otro palestino. Pero bueno, hicimos algunos contactos y la experiencia valió la pena. Yo aproveché la visita para comprar algunas Bandes dessinées (en la libreria Album) que aquí en Barna no es posible encontrar. Aún no he leído todo lo que pillé, pero sólo por Barrio lejano de Taniguchi ya ha valido la pena el viaje. Scott McCloud dice que en el comic, cuanto más pone de su parte el lector, más recibe a cambio. Yo debo haber puesto muchísimo de mi parte, porque el tebeo de Taniguchi me parece sencillamente una obra maestra. Ya hablé maravillas de El almanaque de mi padre, pero ésta nueva la supera: es aún más evocativa, emocionante y vital. Como volver a la infancia, literalmente.