De repente me sale en un twitter que el mayor goleador en un año no es Messi, sino Chitalu, un oscuro jugador zambiano que marcó… ¡107 goles! en 1972, justo el mismo año que Müller. Intentando saber de donde sale semejante personaje y noticia, doy con el artículo de Roncero (quién si no), que en su habitual chusquero y surrealista estilo usa a Chitalu para menoscabar los méritos de Lionel.
Leyendo algunos de los comentarios, descubro la página de la Wikipedia donde aparecen todos los récords del fútbol, así en general. Ahí descubro que Messi inscribe su nombre en un buen puñado de apartados, y Cristiano solo en uno, el de fichaje más caro. Gracias a este detalle, la Wikipedia le da la razón a Karanka, que dijo lo que dijo. Hasta aquí la polémica messicristianista nuestra de cada día. Pero la pregunta clave es: ¿Quién tiene más peso en su equipo? Ninguno de los dos. El jugador con más peso de la historia fue Foulke.
Porque cuando me he puesto a repasar los records, el que más me ha llamado la atención es el de jugador más gordo. Y ese fue sin duda Foulke, un tipo que llegó a jugar pesando más de 150 kilos. Y ahí se hubiera quedado la cosa, si no fuera porque he seguido repasando récords, y me ha maravillado saber que el primer autogol se lo marcó Gershom Cox, del Aston Villa en 1888. Impresionante pasar a la historia por eso. Me hubiera encantado verlo, pero no está en Youtube, aún faltaban siete años para que los hermanos Lumière inventaran su cacharro.
Me he puesto a buscar entonces las filmaciones más antiguas de fútbol que se pueden rescatar, y he visto algunas joyas, como un fragmento del Arsenal de 1898, y un buen puñado de partidos de principios de siglo gracias a la colección de Mitchell and Kenyon y el BFI.
Ha sido justo ahí, repasando un Sheffield vs. Bury de 1902, cuando en el minuto 2:13 aparece un tipo rechoncho y tremendo, sacando de puerta con un patadón de escándalo. Ese portero resulta ser William «Fatty» Foulke, el hombre que se comió todos los pasteles, como cantan todavía hoy los supporters en los estadios ingleses. Aquel que, siempre según la Wikipedia, persiguió desnudo a un árbitro para matarlo en la final de la Cup de 1902.
Y así, gracias al Youtube, a Twitter y a Roncero, 110 años más tarde puedo empatizar con un referí decimonónico esperando la muerte en el armario de la limpieza, a manos del jugador más grande de la historia.