La gente que me conoce sabe que no pruebo el tomate. A los cuatro años vi «Planeta sangriento» mientras daba cuenta de un bocadillo de tortilla con mucho tomate. Pasé mucho miedo con la película y luego el bocata me sentó fatal. Desde entonces he intentado evitar el tomate siempre que he podido, sobre todo si es untado en el pan. Muchas veces, en los rodajes, y especialmente si son en Catalunya, he acabado comiendo galletas o nada en absoluto porque los bocadillos tienen todos el pan untado con abundante tomate. El momento más alegre del día, con todo el equipo dando cuenta de su media barra, es a veces el más sórdido para mí.
Cuando rodamos «Timecode«, y debido al nulo presupuesto de catering que teníamos, fue mi madre quien hizo los bocatas. Recuerdo que estaba muy tranquilo: sabía que el mío no tendría tomate. Estoy convencido que eso me dio la clarividencia necesaria para luego colocar la cámara en el lugar adecuado. Si mi bocata hubiera tenido tomate, el corto tendría 8 o 10 planos funestos, o habría perdido el ritmo en su parte central, y no hubiera sido seleccionado ni en Albarracín. En eso pienso mientras me sirven «Chilean Sea Bass with Cous Cous, Seasonal Vegetables, Heirloom Carrots and Over Roasted Tomatoes». En mi mesa están el director y el guionista de «Lion» y el director del corto de animación «Piper». Tengo muy cerca a Octavia Spencer, que me mira mientras dejo los «Over Roasted Tomatoes» apartados en el borde del plato. He llegado a mi mesa después de pasar por unas cuantas alfombras encarnadas y recibir varias ráfagas de flashes. Me han puesto un badge en la solapa con mi nombre y el del corto. Me han hecho grabar un mp3 con mi propia voz diciendo mi propio nombre, para que la presentadora pueda acercarse a la pronunciación adecuada cuando aparezca mi apellido en el teleprompter. «Timecode», sin embargo, lo ha pronunciado bastante bien sin necesidad de mp3. El governor de mi mesa habla español perfectamente. Es descendiente de vascos, y forma parte del lobby que está intentando que la Academia acepte películas en lengua catalana y vasca para tenerlas en cuenta como candidatas a mejor película de habla no inglesa. Parece un tipo muy interesante, maneja las presentaciones y las conversaciones con todo el mundo de manera ejemplar. Ha visto nuestro corto, y me lo demuestra haciéndome preguntas sobre el reluciente parking y los bailarines.
Luego llega el momento de la foto, comienzan a llamar a todos los nominados uno por uno. Lo van haciendo por orden de número de la mesa, los focos van buscando la zona exacta de donde se van levantando los protagonistas. Gosling, Stone, Chazelle, Affleck, Damon, Kidman, Bridges, Huppert y otros nombres que no me suenan tanto van subiéndose a la tarima preparada para la ocasión. Mi mesa es la 36 de 38, pero hasta el final los aplausos son igual de intensos para cada nominado. Solo Pharrel Williams y yo llevamos gorra. Aún así, pienso que puede ser que no me confundan con él y sea fácil descubrir a Rikki en la foto. Cuando estamos todos listos, cinco flashes desde el techo ponen fin al evento. Poco a poco todo el mundo se va dispersando, yo soy de los últimos en encarar la puerta de salida. Mucha gente contenta me da la mano. Doy la mano a mucha gente contenta. Todo el mundo se felicita mutuamente. Es realmente un buen momento.
Luego nos hacen esperar en una habitación del hotel. Nos han preparado entrevistas a los directores de los cortos nominados. Comparto la sala con Krystof, Selim, Aske y Timo, los otros cortometrajistas. Soy el último en pasar al set y finalmente me quedo solo. Paso más de media hora esperando, y aprovecho para enviar alguna de las lamentables fotos de mi Xiaomi a la familia y al equipo.
En el Facebook tengo muchas peticiones de mensajes. Chequeo algunas al azar, y doy con la de Jimmy. «Hola, soy Jimmy. Trabajo de vigilante de parking», me dice. «Acabo de ver tu corto. Solo quería decirte que me ha parecido maravilloso. Muchas gracias tío».
He estado rodeado de famosos y glamour toda la tarde, y es la primera vez que me emociono de verdad. Me imagino a un tipo de uniforme solo en una cabina. Acaba de de ver una película y toma la decisión de buscar el nombre del director en Facebook. Algo le hace atreverse a enviar un mensaje. Pero luego lo pienso y me digo que hay algo que no me cuadra. Son las 4:45 de la mañana en España, y un guardia de seguridad no debería estar viendo cortos en Filmin. Debería estar haciendo la ronda.