Plantearse como gastar el tiempo de una forma «eficiente» es inútil para mí, aunque en momentos de lucidez vea claro que debería ser una mezcla de intuición, amor-pasión y libros de autoayuda tipo «Getting things done». La intención de la presente proclama es evitar el cobro del seguro de vida por parte de un allegado. La ventaja de mantener la amistad después de haber involucrado a colegas en aventuras personales de incierto final, es que la densidad del enlace se espesa, y se convierte en duradero, casi indestructible… Mejor ser críptico que yacer bajo tierra.
Pepe Pereza me envía un enlace donde aparece un texto suyo, y se habla de «Nos hacemos falta»… Un abrazo, Pepe….