Transportes

El año pasado el festival de Montpellier nos dió un premio. Algo de negativo gratis, servicios de laboratorio por unos cuantos euros, y poco más. Con esa excusa esbozamos un guión y decidimos rodarlo. Luego la cosa se complica, y…
Dentro de un rato me meto a rodar en un bus. Han pasado diez años desde que hicimos «Ella está enfadada» en un autobús de línea, y doce desde que rodé en el metro de Barcelona «Especial (con luz)». Supongo que la cosa va por ciclos y que no hay más remedio que repetirse, pero repasando ahora el guión extraigo un cierto poso amargo que no puedo ni quiero analizar de donde procede.

De donde no viene seguro es de la ilusión que me contagian la gente que me está echando un cable para «Nitbus». A medida que pasa el tiempo valoro muchísimo más un apoyo como este, y me conjuro para compensarles de alguna manera a todos, uno por uno. Muchas veces me digo que las cosas ya no deben hacerse así nunca más, arriesgándose a abusar de la buena voluntad del personal. Muchos de ellos ponen la misma cara cuando escuchan la palabra «corto» que los piratas del Caribe cuando escuchaban aquello de «parlamento». Pero aquí estamos otra vez, y lo único que puede compensarles es extirpando diez minutos de peli que merezcan la pena verse.

En eso estamos.