El viernes me llegó el DVD de «In the mood for love». Es doble y contiene un montón de extras de los que ahora engordan estas ediciones. De hecho es mi primera peli en DVD, lo que significa dos cosas:
1.que me la pongo en el aparato sólo para ver como funcionan los botones del mando a distancia
2.que no sé donde narices archivar el estuche este tan amorfo, si con los Cd o los VHS
Ya se me pasará la tontería.
Eso sí, la peli es digna de comentarse. Resulta que hay un montón de entrevistas donde Wong Kar Wai habla y no para de la influencia de Antonioni. Yo no lo hubiera dicho nunca, pero bien mirado resulta que sí que se nota. Los dos son tan buenos como petulantes. Ultimamente poca gente es simpáticamente petulante. Bunbury, por ejemplo, es petulante pero no tiene mucha gracia. Hace tiempo dije que me gustaban las obras pretenciosas, y aunque pretencioso y petulante no es lo mismo, suelen ir de la mano. Los planos incomunicativos en cámara lenta del WkW, son tan petulantes que, efectivamente, recuerdan a los que se marcaba el Michelangelo en los años 60. ¿Y la vida tranquila? Es un tema de Van der Graaf, con la letra más pretenciosamente petulante que se ha escrito nunca para una canción pop.